Querétaro (México), 1 de mayo de 2019
Sigo en la burbuja de Querétaro, en México,
Me encanta esta ciudad.
Esto de poder salir sola de noche ‘sin peligro’ en una ciudad de América Latina es un alivio, merece la pena contarlo y bien alto.
Pues resulta que el departamento está en una callecita peatonal donde muchas chicas vienen a tomarse fotos.
Click, click, click, click.
‘Órale, Ximena, apura que se va la luz’.
Unas puertas más allá, la vecina sale cada noche a jugar a fútbol con sus tres renacuajos.
A solo unos metros hay una plazuela triangular con varios árboles y cinco bancos.
Ni idea del nombre, yo la llamo la plaza de los besitos.
Te preguntarás cómo se me ha ocurrido tan ingenioso nombre.
A cualquier hora del día hay parejas dándose arrumacos y besitos.
Adolescentes que se miran a los ojos y se acarician el rostro.
Jóvenes que se tocan por aquí y por allá para que el calor se les meta dentro y se note menos fuera.
Y adultos casados (con alguien que no está en la plaza) que vienen a pasar un rato adolescente a la sombra de los pinos.
Lo que Armando Ramírez llama en su libro Chin Chin el Teporocho un ‘caldeo’:
‘Abrazarse, besarse, hacerse caricias, sin llegar a hacer el amor en plenitud, solo es un momento de excitación, es como un juego, jugar a los amanto, sin meterse en peligro de tener accidente, pues es un simple besuqueo y juego de manos, esto se hace cuando apenas, si se conocen o ni siquiera se conocen, es un juego sin compromisos posteriores, pues lo más probable es que ella tenga novio y tu tambien, es una distraccion, como ir a nadar, o ir de excursion o montar a caballo, es como dicen aqui “para cambiar de aires” (…)’
En fin.
El barrio tiene vida, mucho amor y buena vibra.
Me gusta salir a leer a los bancos de piedra que hay al otro lado del callejón.
Siempre hay vecinos y charlamos.
Cuatro cosas, luego ellos vuelven a lo suyo y yo, a mis letras en celulosa.
Me gusta lo cotidiano.
Me gusta estar un tiempo en un lugar y descubrirle los ritmos y los rincones.
Callejear, probar cafés, cafeterías, librerías, bares, pulquerías, mercados, tiendas, taquerías y cervecerías.
Y, de vez en cuando, me apunto a movidas guiris, que para algo están ahí.
Qué importante es disfrutar del día a día, en casa y en la China mandarina.
Que ya lo cantaba Lennon: la vida es eso que pasa mientras haces planes.