Querétaro (México), 23 de mayo de 2019
Desigualdad: disponibilidad o acceso de recursos muy dispar entre las personas de una misma sociedad.
O sea: una sociedad con ricos muy ricos y pobres muy pobres.
Y algunos entre medio que pelean por mantenerse(nos) en la ‘clase media’.
Privilegio: ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior, por herencia o por una determinada circunstancia solo por ser quien es o por pertenecer a un grupo determinado.
Nunca había sentido tanta desigualdad como en México.
He estado en lugares más pobres y más ricos pero no la había sentido tanto.
¿Por qué siento tanto la desigualdad si era más fuerte cuando trabajaba con prostitutas en India, cuando visité Haití o cuando paseaba en limusina por el centro de Manhattan?
¿Por qué me siento tan incómoda?
¿Por qué siento que soy una pieza clave que fomenta esta desigualdad?
Hace casi dos meses que llegué a México, hace más dos meses que tengo esta sensación y hace un par de días lo descubrí: soy parte de la ‘Maldición de Malinche’ que cantaban Amparo Ochoa y Gabino Palomares:
(…)
Se nos quedó el maleficio
De brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura,
Nuestro pan, nuestro dinero.
Y les seguimos cambiando
Oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestras riquezas
Por sus espejos con brillo.
Hoy, en pleno siglo veinte
Nos siguen llegando rubios
Y les abrimos la casa
Y les llamamos amigos.
Pero si llega cansado
Un indio de andar la sierra
Lo humillamos y lo vemos
Como extraño por su tierra.
Tu, hipócrita que te muestras
Humilde ante el extranjero
Pero te vuelves soberbio
Con tus hermanos del pueblo.
Oh, maldición de malinche,
Enfermedad del presente
¿Cuándo dejarás mi tierra..?
¿Cuándo harás libre a mi gente?
Y Ximena Sánchez Echenique también lo expresa bien claro en su novela Por cielo, mar y tierra (2010):
‘En la Nueva República (México), tener ascendencia extranjera en primer grado es una marca de prestigio, un rasgo que te hace sentir importante’
Aquí tengo privilegios descarados solo por ser europea y blanca.
No es la primera vez que tengo privilegios fuera de casa, eso lo sé.
Pero es la primera vez lo que los siento tan intensos.
Nunca me había sentido tan parte de un sistema con el que no estoy de acuerdo.
De nuevo, graduando mis gafas de ver el mundo.
De nuevo, equilibrando identidades, múltiples y cambiantes con la geografía y la cultura.
De nuevo, investigando sobre antropología, cultura, sociología y psicología social, esta vez de México.
El primer viaje que cuestionó mi identidad y mis privilegios fue en 2009, a Filipinas.
Y sigo cuestionándo(me).
Pero ya con 1000 recursos para encontrar respuestas y para ayudarte a ti a encontrarlas.
