He intentado mil veces leer libros sobre viajes y experiencias de personas que hacen rutas o viajan a otros lugares, pero es que no me enganchan. Los encuentro cargados, exagerados y ‘sobreactuados’.
Así que cuando vi Diarios del Sáhara (Editorial :Rata_, 2016) en una de las librerías de mi pueblo, no me entusiasmé mucho pero igual lo agarré, pensando que estaba del revés, con la contraportada mirando a posibles compradoras.
Pero no, estaba del derecho…
¿Una editorial que publica la contraportada en la portada y la foto de la contraportada a la portada?
Sanmao
Ni idea.
Era la primera vez que leía este nombre o pseudónimo o lo que fuera.
:Rata_
¿Pero esto es un nombre de editorial o una broma?
Si es que veo la figura de la rata en el mismo nombre.
Veo que es la primera editorial que traduce un libro completo de Sanmao del chino a una lengua occidental y me entra la curiosidad de saber cómo se lo han montado para conseguir los derechos.
Traductoras
Las editoras son traductoras y visibilizan, en la primera página del libro, no solo a otras traductoras, sino a correctores, maquetadores, diseñadores y editores.
‘Los hombres de negro de CEDRO no autorizan, bajo ningún concepto, la reproducción, distribución, comunicación pública (sí que se permite la que es para un mismo, así como la recomendación a amigos y familiares) o cualquier tipo de transformación o mutación sobre la obra que el lector o lectora tiene en las manos. Si fuera necesario fotocopiar o escanear cualquier fragmento de esta obra , os tendríais que dirigir a estos hombres de negro’
¿Una editorial que cuestiona abiertamente y con ironía los súperpoderes del Cedro?
Me acabaron de convencer.
Así que escogí un libro por el diseño, por el nombre de la editorial y por las traductoras.
Muy bien.
Resultado
Enamorada de la forma de expresarse de la Sanmao.
Directa, clara, dulce, honesta, respetuosa y, sobre todo, sin filtros y con pocos prejuicios.
Y estamos hablando de una mujer taiwanesa, con un espíritu de libertad gigante, casada con un español, que escribe sobre su vida en desierto del Sáhara en los 70 del siglo XX:
‘¿Me estás diciendo que cuando nació el primer negro llevaba escrito en la frente ‘soy un esclavo’? ¡No jodas, hombre! -le rebatí observando su piel morena-.’
Esto pasaba en el Sáhara español en 1975.
¿Cómo puede ser que un diario me explique tan claramente lo que tendrían que hacer las clases y los libros de historia?
Siempre me han llamado la atención las naciones sin estado y su camino por conseguir ser un estado-nación.
El Sáhara no es una excepción, pero me cuesta seguir el hilo de una historia que leo surrealista.
No por la causa, las razones y los sentimientos que la mueven, sino por la injusticia y la negativa de quienes están en el poder a reconocerla y hacer concesiones, y por el sufrimiento psicológico, emocional y físico que infligen sobre quienes luchan, las personas saharauis, en este caso:
‘Cuando luchas por una causa perdida y coges el camino de la autodestrucción, ¿es posible que nunca llegues a abrir los ojos?’
He leído y escuchado sobre el Sáhara y su historia, pero ha sido con las cartas de Sanmao que me ha llegado el olor, los colores y la cotidianidad del Sáhara de los 70.
Las personas, el conflicto entre españoles, marroquíes y saharauis.
El Frente Polisario, los años de la Legión, los guerrilleros.
La poligamia, las españolas florero, ‘Señoras de’.
El día a día de colonos y colonizados, algunos códigos culturales y la inmensidad del desierto, con su frío y su calor.
A medida que avanzan las páginas, aumenta la curiosidad por seguir leyendo.
El último capítulo, ‘El llanto del camellos’, es el más sobrecogedor.
La autora describe, a través de sus gafas para ver el mundo, los últimos días del Sáhara como colonia española, la proclamación del Sáhara como territorio libre el 17 de octubre de 1976 por parte del Tribunal de La Haya y la ocupación marroquí, disfrazada de marcha pacífica.
Y lo hace a través de historias humanas, con nombres, caras, colores, sentimientos e historias que se cruzan de forma casi casual (o no).
Solo me sobra una cosa: la devoción que las editoras y las traductoras sienten por la obra y la figura de Sanmao.
No lo esconden ni tienen ninguna intención de hacerlo, pero es una lástima que la obra de la autora pueda quedar relegada a un segundo plano por un exceso de veneración y de romantización de su vida.
Una vida nómada y aventurera se presenta romántica pero es bastante complicada cuando no tienes una familia burguesa y rica que te cubra, como sí tenía Sanmao.
El suicidio no es romántico.
Una vida solitaria y errante no es romántica.
Los escritos de la misma Sanmao en Diarios del Sáhara son su mejor presentación.
Tienen mucha fuerza, transmiten su manera de ser o de cómo quería que la leyéramos.
Muy a menudo, menos es más.
444 páginas que bien merecen la pena.
Para conocer la Sanmao, para emocionarte y para vivir el Sáhara.